El agua en Eslovenia tiene un tono que no he visto en ninguna otra parte de Europa. Es un verde denso, frío y transparente que baja directamente de los picos calizos de los Alpes Julianos. Hay lagos que se sienten como un refugio de paz, donde relajarte y darte un baño y otros que son el punto de partida para las rutas más exigentes del Parque Nacional de Triglav. ¡Todos únicos, bellos, increíbles!.
Estos cinco que os traigo hoy resumen perfectamente esa dualidad entre el paseo contemplativo y la naturaleza exuberante de este país.
1. Lago Bled: La joya de la corona
No podíamos empezar por otro. Con su icónica isla en el centro y el castillo colgado de un acantilado, el Lago Bled es la imagen de Eslovenia y también es el mas conocido, por lo que está muy masificado.
Los parking se llenan pronto y son bastante caros, hasta 6€/h, por lo que os recomiendo madrugar y hacer una ruta para verlo desde las alturas o daros un baño en algún rinconcito mas tranquilo.
Lo mejor es subir a los miradores de Ojstrica o Mala Osojnica al amanecer. Las vistas del lago con los Alpes Julianos de fondo son, sencillamente, de otro planeta.
2. Lago Bohinj: Naturaleza salvaje
Si Bled es el romanticismo, Bohinj es la autenticidad en estado puro. Es el lago más grande del país y se nota nada más llegar: aquí el paisaje es más salvaje, más cerrado y mucho más tranquilo, custodiado por las imponentes cumbres de los Alpes Julianos.
Lo ideal es recorrer el sendero que lo bordea por completo; son unos 12 kilómetros sin apenas desnivel donde el agua cambia de color según la luz y siempre encuentras un rincón solitario para disfrutar del silencio y darnos un baño.
Es, sin duda, la parada obligatoria para quienes buscamos naturaleza real sin artificios. También puedes visitar la Cascada Savica, una de las mas bonitas de Eslovenia.
3. Lago Jasna: El guardián de Kranjska Gora
Muy cerca de la frontera con Austria e Italia, encontramos el Lago Jasna. En realidad son dos lagos artificiales interconectados que nos regalan un reflejo perfecto de las montañas Razor y Prisank. Es el lugar ideal para estirar las piernas después de cruzar el paso de Vršič.
No olvidéis haceros la foto con la estatua de bronce del "Zlatorog" y daros un baño en sus frías aguas.
4. Zelenci: Un nacimiento mágico
Más que un lago al uso, Zelenci es una reserva natural donde nace el río Sava Dolinka. Lo que lo hace especial es su color verde esmeralda (de ahí su nombre, zelen significa verde). Este rincón es puro espectáculo visual.
El agua brota del fondo creando un tono verde esmeralda casi hipnótico. Lo mejor son las pasarelas de madera que te permiten caminar sobre la zona pantanosa sin estropear el entorno, llegando hasta una pequeña torre de madera desde la que tienes una panorámica brutal de las montañas reflejadas en las pozas. Es una parada corta, pero merece mucho la pena.
5. Lago Krn: El tesoro de la alta montaña
Es el tesoro de la alta montaña. A diferencia de los otros, este exige ganárselo con una buena subida, ya que se encuentra a casi 1.400 metros de altitud. El esfuerzo de la ascensión queda olvidado en cuanto aparece ante ti este enorme espejo de agua glaciar rodeado por los picos calizos de los Alpes Julianos.
Es un lugar que respira historia y silencio, ideal para quienes buscamos una ruta con más carácter y alejarnos de los puntos más accesibles del valle. Recordad que en los lagos glaciares está prohibido el baño.
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