Ruta del Bosque Encantado de Carlac (Valle de Arán)

Esta ruta es una de las más bonitas del Valle de Arán. Es cortita, se encuentra bien definida y puede hacerse sin problemas en una tarde o una mañana. Se inicia en el bonito y tranquilo pueblo de Bausen y tiene muchos puntos de interés a lo largo del recorrido, así como unas vistas panorámicas espectaculares. Casi todo el itinerario transcurre bajo la sombra de viejos hayedos y avellanos, con unas formas muy caprichosas que no te dejarán indiferente.

 

    

Características de la ruta del Bosque Encantado de Carlac

Espacio natural: Valle de Arán/Vall D´Aran
Localización: Bausen
Longitud: 7 km
Tipo de ruta: Circular
Desnivel: 435 m
Recomendaciones: Gorra, protector solar, agua, fruta y/o frutos secos, calzado con suela de agarre, vestimenta adecuada dependiendo de la época en la que realices la ruta, imprescindible cortavientos etc.

Cómo llegar al inicio de la ruta del Bosque Encantado de Carlac

Tomando la carretera N-230 desde Vielha en dirección a Francia, al llegar al kilómetro 184 tras pasar el pueblo de Les, encontraremos un pequeño desvío a la izquierda. Este camino nos conduce directamente al  pueblo de Bausen. Desde el aparcamiento de la entrada al pueblo se va por la calle Sant Pere, donde un indicador dirige al caminante por las calles empinadas. Se continua por las marcas del GR a la derecha hasta las afueras del pueblo.

Descripción de la ruta del Bosque Encantado de Carlac

¡Es uno de los pueblos más bonitos del Valle de Arán!

El sendero se inicia al lado de la Iglesia de Sant Pèir ad Víncula, un ejemplar de arquitectura barroca integrado al Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Sustituyendo a una antigua parroquia dedicada a Santa Eulària, esta iglesia de nave única con ábside cuadrado y campanario adosado se destaca por su portalada neoclásica en la cara sur, con la inscripción del año de construcción (1709) y una piedra simbólica de San Pedro. Elementos como una urna funeraria romana con bajorrelieves, una losa grabada en zigzag en la fachada de mediodía, y un campanario con vestigios románicos, incluyendo una ventana arcada, añaden a su interés arquitectónico y cultural. La iglesia representa una valiosa amalgama de estilos y elementos a lo largo de su historia.

iglesia de Sant Pèir al inicio del sendero

Unos pocos metros después de pasar al lado de la iglesia, a la altura de la Ermita de Sant Roc, saldrá a nuestra derecha una senda que nos conducirá al cementerio de Teresa. 

En Bausen, hay dos cementerios: el parroquial a las espaldas de la iglesia de Sant Pèir que veremos al inicio de la ruta y otro llamado civil o de Teresa. 

 

Teresa, residente del pueblo de Bausen, se enamoró de su primo Francisco. La iglesia les prohibió casarse por ser parientes. Huyeron a Francia, donde Teresa murió a los 33 años por una enfermedad grave. Cuando intentaron enterrar a Teresa en Bausen, el rector no lo permitió. Entonces, Francisco y los lugareños construyeron un cementerio apartado solo para ella. Este cementerio de Teresa se convirtió en un lugar especial, marcando la determinación de Francisco por honrar su memoria, desafiando las normas y encontrando una manera de darle un lugar de descanso en su pueblo natal.

 

cementerio de Teresa. Dentro se encuentra una única tumba, la de Teresa

Regresamos a la ermita de Sant Roc subiendo por unos peldaños de madera y retomamos el camino en dirección al bosque de Carlac.

Continuamos nuestro camino por un sendero que discurre suavemente entre terrazas cubiertas de arbustos y piornos, siguiendo un murete de piedra seca. En este tramo, contemplamos vistas panorámicas hacia el valle de Toran.

Frente a nosotros aparece el pueblo de Canejan, que se eleva al otro lado del valle y presume de tener una de las mejores vistas de esta zona, tiene 96 habitantes censados en 2023.

El camino serpentea a lo largo de la ladera de la montaña por un sendero bien definido con muretes de pizarra, que conduce a un impresionante bosque de hayas. Nos adentramos en el  bosque de Carlac y el paisaje cambia....

En el transcurso de la senda, nos vamos encontrando con los intrincados y enigmáticos troncos de las hayas, cuya presencia confiere un aura casi fantasmal al entorno. ¡El bosque de Carlac es fascinante!

Caminamos sin prisas, tranquilos, disfrutando cada paso, pues el entorno es para admirarlo, para fijarse en cada uno de sus recovecos y no perderse ningún detalle. 

Una atmósfera misteriosa, y fantasmal a veces, envuelve este bosque con la lluvia, que cae despacio, casi sin que la notemos, se va deslizando por las hojas de las hayas y avellanos, bajando por las ramas y los troncos, hasta formar parte del suelo, llenándolo todo de vida, que aquí resuma por todas partes.  

La senda se torna empinada en algunos tramos, salvando el desnivel de la ruta en un corto espacio de tiempo.

Llegamos a una construcción en el camino, las bordas de Carlac,  que quedan escondidas entre los avellanos a nuestra derecha, por debajo del camino y entre la espesura. En la imagen inferior puede verse el tejado de la borda a la izquierda, al pie del camino. 

La Borda es una estructura rural común en el Pirineo, construida con piedra y madera, y cubierta con tejado de pizarra. Su función principal es resguardar el ganado y almacenar el heno para el invierno. 

 

El musgo y los helechos tapizan casi cada tronco o roca allá donde miremos.

Comenzamos a bajar y llegamos al Arriu de Carlac, que busca su camino hacia el valle entre las hayas.

Continuamos bajando, cruzamos el Arriu de Carlac por un puente de madera.

Emergemos de la densa vegetación y alcanzamos el Coret de Pan, el punto culminante de nuestra ruta, situado a 1.180 metros de altitud. Ante nosotros, apenas visibles entre las nubes, se perfilan algunos de los picos más elevados del Pirineo, como el Aneto y La Maladeta.

A nuestras espaldas queda una borda entre la vegetación de la que sólo vemos el tejado.

Después de admirar las maravillosas vistas, empezamos a bajar siguiendo las marcas del GR 211.2. Se trata de una variante circular del GR 211 - Circular del Valle de Arán que se adentra en el bosque encantado de Carlac.

El camino baja hacia Bausen haciendo zig-zag entre los helechos.

Pronto empezarán a aparecer las primeras casas/bordas de las afueras de Bausen.

Continuamos por las callejuelas estrechas y tortuosas cargadas de detalles y flores hasta la entrada del pueblo, lugar donde aparcamos para iniciar esta bonita ruta. ¡Hasta la próxima!

En esta ocasión el track que os comparto no es mío, pero es el que yo seguí cuando hice la ruta y es fácil de seguir. 

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